San Cristóbal de las Casas enfrenta actualmente una crisis generalizada, resultado de múltiples problemas acumulados a lo largo de los años, entre ellos la escasez de agua, la sequía y el deterioro ambiental. Esta situación se ha agravado en los últimos meses, especialmente en el valle de Jovel, donde ya se registran altas temperaturas, desabasto de agua potable, y un preocupante descenso en el nivel de los humedales, ríos y arroyos, algunos de los cuales incluso se han secado.
La ciudad también enfrenta una crisis en la infraestructura hidráulica: hay numerosas fugas de agua, muchas de ellas invisibles, causadas por tuberías obsoletas de más de 50 o incluso 70 años de antigüedad. Su reparación requiere millones de pesos, según han advertido ingenieros y defensores del medio ambiente.
Además, otro indicador del cambio que vive la ciudad es la presencia de mosquitos, una situación que antes solo se daba en zonas cálidas como Tuxtla Gutiérrez y la costa de Chiapas.
Al respecto, Nicolás Tolentino Gómez Velasco, enfermero y protector del medio ambiente en San Cristóbal, afirmó en entrevista que la presencia de estos mosquitos —provenientes de regiones más cálidas— refleja que el clima local está cambiando. Ahora se registran días calurosos, alternados con nubosidad, viento o frío, lo que sugiere que este año podría haber lluvias tardías.
Mientras tanto, las comunidades rurales enfrentan el riesgo de perder sus cosechas, ya que sin lluvias oportunas las siembras no brotarán como en años anteriores. Esta combinación de factores ha contribuido al aumento de mosquitos en la zona.
“Esto es una emergencia climática. Este mosquito es endémico de zonas tropicales, como Tuxtla y las zonas costeras de Chiapas, pero debido al aumento de temperaturas en San Cristóbal, ha migrado hacia esta ciudad. Ahora tenemos una población creciente de estos insectos. Si no se controla, podríamos enfrentar una plaga del mosquito conocido científicamente como Serapotonidos, que mide alrededor de 4 mm. Su larva se desarrolla en cuerpos de agua, como arroyos, lagunas y humedales, lo que representa un riesgo importante para la ciudad”, explicó Gómez Velasco.
Finalmente, Gómez Velasco advirtió que la temperatura en San Cristóbal podría alcanzar este año hasta 28 grados centígrados, lo que está cambiando el hábitat natural de los mosquitos.
“Afortunadamente, estos mosquitos no transmiten enfermedades, pero sí provocan lesiones alérgicas en la piel, como ronchas. Es fundamental que la ciudadanía mantenga patios y azoteas limpios, evitando la acumulación de agua, donde estas larvas acuáticas se reproducen. Hacemos un llamado desde los sectores ambientalistas a no permitir el estancamiento de aguas sucias, ya que estamos frente a un efecto de emergencia climática en la ciudad”, concluyó.
HERALDO DE CHIAPAS